martes, 22 de septiembre de 2009

La Fiebre del Ajedrez

Como hace tiempo que no escribo algo, quiero dejarles una rareza que encontré y que me gustó, mientras yo me organizo bien para poner al día tantos temas que quiero publicar...
Se trata del cortometraje ruso "La Fiebre del Ajedrez" filmada en el año 1925 que es una de las películas más curiosas que he visto y que además resulta interesante ya que revela un fenómeno social verídico que ocurrió en Rusia a principios del siglo XX.
Muchas películas de la época tienen ese carácter histórico, aveces cuesta asimilar que en ese tiempo eran la mismita realidad.. Esto me hizo recordar "La Quimera del Oro" o "Tiempos Modernos" del genio Chaplin. Es entretenido cuando alguien te muestra a modo de comedia el proceso de adaptación de las personas a pequeños o grandes cambios que bien pudieron pasar como modas o bien cambiar el curso de la historia; no deja de parecer un buen chiste. El cine mudo en general me parece fascinante por ese y otros motivos, pero me gusta destacar aparte la genialidad de los actores para expresar sólo con mímicas y gestos las sensaciones y sentimientos que la trama requiera; esa sobreactuación me encanta y en este caso me parece excelente!
Dirigida por el ruso Vsevolod Pudovkin. Este cortometraje es una sátira a la fiebre del ajedrez que se desató en el año 1925 en la Unión Soviética a raíz de un torneo internacional. La trama es simple; gira en torno a un joven obsesionado con el juego y de las complicaciones que trae su pasión enfermiza a la relación con su novia. El corto incluye escenas del torneo, donde compitieron destacados jugadores de la época y la participación del legendario, para ese entonces campeón del mundo, José Raul Capablanca (en la foto) quien desempeña un breve, pero divertido papel en la película.

Tiene una duración de aproximadamente veinte minutos que están llenos de detallitos, de humor y amor. Si hay algún interesado como para verla, en YouTube está la película en dos partes. También dejo los aquí Links de Descarga que son tres partes y por supuesto la calidad de la imagen y el audio (música) es cien veces superior.

Nota: La versión original dura cerca de 30 minutos, pero es la misma información, la diferencia está en la velocidad. Que la disfruten!

viernes, 19 de junio de 2009

El joven que amaba a una estrella

“No debe usted entregarse a deseos en los que no cree. Sé lo que usted desea. Tiene usted que abandonarlos o desearlos de verdad y por entero. Cuando llegue usted a pedir llevando en sí la plena seguridad de lograr su deseo, la demanda y la satisfacción coincidirán en un solo instante. Pero usted desea y se reprocha, temeroso, sus deseos. Tiene usted que dominar todo eso. Voy a contarle una conseja”.
Y me contó de un adolescente que estaba enamorado de una estrella. A la orilla del mar extendía los brazos hacia ella, la adoraba, soñaba con ella y le dedicaba todos sus pensamientos. Pero sabía, o creía saber, que un hombre no puede enlazar con sus brazos una estrella. Imaginaba que su destino era amarla siempre sin esperanza y construyó sobre esta idea toda una vida de renunciamiento y de dolor, callado y fiel, que habría de purificarle y ennoblecerle. Una noche se hallaba sentado de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando a su amada y ardiendo en amor por ella. Y en un instante de profundo anhelo saltó al vacío, hacia la estrella. Pero todavía entonces pensó en la imposibilidad de alcanzarla y cayó, destrozándose contra las rocas. No sabía amar. Si en el momento de saltar hubiese tenido fuerza de alma suficiente para creer fija y seguramente en el logro de su deseo, hubiese volado cielo arriba a reunirse con su estrella.

Hermann Hesse / Demian - 1919

viernes, 12 de junio de 2009

La historia detrás de la imagen

Una imagen vale más que mil palabras, pero unas pocas palabras pueden contar la historia de una imagen...que, en estos casos, saberla vale la lectura después de la contemplación. Son muchas las imágenes que han hecho historia por diferentes motivos, pero no me guío por el criterio de "las más famosas" ni "las más estéticas" sino que hago una selección de fotografías que tienen una buena historia detrás sin hacer análisis de la imagen en sí. La redacción es un 2% de mi autoría, ya que recopilé información de varios sitios y en algunos casos hilé comentarios de sitios diferentes.
Las ordeno cronológicamente y me ahorro mucho prólogo para no hacer eterno el post, ojalá les guste!

El Beso - Alfred Eisenstaedt / 1945
Beso de despedida a la Guerra fue tomada por Alfred Eisenstaedt (otro post señala a Victor Jorgensen como fotógrafo, yo..me lavo las manos) en Times Square el 14 de Agosto de 1945. El marino toma desprevenidamente a la enfermera y la besa apasionadamente. Al contrario de lo que lo que comúnmente se piensa, estos 2 personajes no eran pareja, sino que eran unos perfectos extraños que se habían encontrado allí. Se dice que después ella planta una bofetada en el rostro del atrevido (pero nótese el pie derecho de la dama...)


La tristeza de Einstein - Philippe Halsman / 1947
Albert Einstein no creo la Bomba atómica, sin embargo esta no hubiera sido posible sin los descubrimientos del científico judío – alemán. Mayo de 1947, en la universidad de Princeton el fotógrafo Philippe Halsman pregunta:
-¿Cree usted que habrá paz?
Einstein le responde:
-No.
Y la foto se toma.


El guerrillero heroico - Alberto Korda / 1960
Se ha dicho que este retrato del Ché es la imágen más reproducida en la historia de la fotografía. El 5 de marzo de 1960, Alberto Korda cubría como fotorreportero de Revolución la despedida del duelo de las víctimas del sabotaje, perpetrado por la CIA, al barco francés "La Coubre" dinamitado en el puerto habanero. En el funeral se reunen las multitudes y en el podio estaba el Che Guevara con una mirada de desconsuelo y a la vez de furia. El fotógrafo tuvo poco más de un minuto para hacer dos disparos antes que el objetivo se le perdiera de vista entre la gente.
Esta foto no se edita sino hasta siete años cuando Guevara fue capturado y asesinado en Bolivia. Un editor italiano, utilizando precisamente esa foto que le regalara en ese mismo 1967 el propio Korda a su paso por Cuba, se hizo con los derechos para publicar el Diario del Che en Bolivia y difunde la imagen en millones de carteles. Alberto Korda nunca cobró un centavo por dicha fotografía. Al finales de los noventa, molesto por la desenfrenada comercialización de la imagen, Korda demanda con éxito a una agencia de publicidad británica que utilizó la imagen para un comercial de vodka.


Phan Th ị Kim Phúc - Huynh Cong Ut / 1972
La muchacha de la fotografía Phan Th ị Kim Phúc de nueve años que corre desnuda y con quemaduras severas producidas con napalm, en la guerra de Vietnam.
La fotografía fue tomada en 1972 por el fotógrafo Huynh Cong Ut de Associated Press, quien inmortalizó la cara del terror en la guerra de Vietnam. Kim Phúc es una sobreviviente de la tragedia, luego estudió medicina, se casó, y desde 1997 es embajadora de Buena Voluntad en la UNESCO.


Niña afgana - Steve McCurry / 1984
La niña tenía 12 años en junio de 1984. Fue fotografiada por Steve McCurry en el campamento de refugiados Nasir Bagh de Pakistán durante la guerra contra la invasión soviética. Su foto fue publicada en la portada de National Geographic en junio de 1985 y la portada se convirtió en una de las más famosas del mundo. El fotógrafo no supo el nombre de la niña, la busco por 17 años hasta que la encontró y supo que se llamaba Sharbat Gula ahora casada y con hijos. Había regresado a Afganistán en 1992. Nadie la había vuelto a fotografiar hasta que se reencontró con McCurry y no sabía que su cara se había hecho famosa.


La niña y el buitre - Kevin Carter / 1994
En 1994, el documentalista sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer de fotoperiodismo con una fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudan) que recorrió el mundo entero. Fue severamente criticado por tomar la foto y abandonar a la niña, él alego que la niña sudanesa no estaba muriendo, sino que se tropezó y que en ese mismo instante tomo la foto. Cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida.


Felicidad -Charles O’Rear / 1995
Poca gente habrá que no haya contemplado, al menos de forma casual, esta imagen en alguna ocasión. Se trata del fondo de pantalla o tapiz que, por defecto, mostraba Windows XP.
La foto no es montaje ni es falsa. Fue tomada en 1995 por Charles O’Rear, un reconocido fotógrafo de motivos naturales. Se trata de una colina en algún lugar del condado de Napa, California, en Estados Unidos. Por suerte, la colina que muestra ese precioso continuo de hierba verde se encontraba en plenitud gracias a un pequeño desastre. Esas colinas suelen estar cubiertas de vides, pero en la primera mitad de los noventa una plaga de filoxera obligó a eliminar gran parte de las cepas, cambiando el paisaje temporalmente al ser plantado de hierba. Pueden ver una foto actual del viñedo aquí en un curioso post.

En este sitio (que está en inglés) pueden observar una gran selección de las fotografías más famosas de la historia.
En este foro se analizan las imágenes, su composición y su historia, muy interesante también.
Como recomendación personal, les invito a intrusear la fotografía de Robert Doisneau y Elliot Erwitt. Me gusta su fotografía, es elegante y espontánea.

viernes, 5 de junio de 2009

Canción del sainete póstumo

Yo moriré prosaicamente, de cualquier cosa
(¿el estómago, el hígado, la garganta, ¡el pulmón!?)
y como buen cadáver descenderé a la fosa
envuelto en un sudario santo de compasión.

Aunque la muerte es algo que diariamente pasa,
un muerto inspira siempre cierta curiosidad;
así, llena de extraños, abejeará la casa.
Y estudiará mi rostro toda la vecindad.

Luego será el velorio: desconocida gente,
ante mis familiares inertes de llorar,
con el recelo propio del que sabe que miente
recitará las frases del pésame vulgar.

Tal vez una beata, neblinosa de sueño,
Mascullará el rosario mirándose los pies;
y acaso los más viejos me fruncirán el ceño
al calcular su turno más próximo después…

Brotará la hilarante virtud del disparate
o la ingeniosa anécdota llena de perversión,
y las apetecidas tazas de chocolate
serán sabrosas pausas en la conversación.

Los amigos de ahora –para entonces dispersos-
reunidos junto al resto de lo que fue mi «yo»,
constatarán la escena que prevén estos versos
y dirán en voz baja: -¡Todo lo presintió!

Y ya en la madrugada, sobre la concurrencia
gravitará el concepto solemne del «jamás»,
vendrá luego el consuelo de seguir la existencia…
Y vendrá el mañana… pero tú ¡no vendrás!...

Allá donde vegete felizmente tu olvido
-felicidad bien lejos de la que pudo ser-,
bajo tres letras fúnebres mi nombre y mi apellido,
dentro de un marco negro te harán palidecer.

Y te dirán -¿Qué tienes?... Y tú dirás que nada;
mas te irás a la alcoba para disimular,
me llorarás a solas, con la cara en la almohada,
¡y esa noche tu esposo no te podrá besar!

Rubén Martínez Villena / 1899-1934

martes, 5 de mayo de 2009

como si todo fuese este segundo


Cuando era niña mi padre me enseñó cómo hacer una animación dibujando un monito en cada esquina de cada hoja de un cuaderno y haciendo correr la película con el pulgar. Era un juego, una ilusión óptica; los dibujos se volvían uno sólo y parecía tener vida...
Más adelante surgió la necesidad de explicarme un Deja Vu, esa sensación rara de vivir un instante determinado por segunda vez, que todos conocemos, pero que no pasa más allá de ensimismarnos un segundo.
Entonces pensé que la vida es como una secuencia de dibujos estáticos. Donde cada cuadro, cada movimiento tiene un espacio propio, en diferentes hojas de un gran libro. Que cada momento pasado o no, ya lo hemos vivido infinitas veces y que bajo alguna extraña circunstancia hay lapsos en que podemos "ver" esta secuencia, como si de algún modo ya no la estamos viviendo o no somos parte de ella. Como vivir por un instante en el espacio que hay entre una hoja y otra, donde no hay nada.
En música, por ejemplo, el término sincopada dicho de una nota significa “que se halla entre dos o más de menos valor, pero que juntas valen tanto como ella. Toda sucesión de notas sincopadas toma un movimiento contrario al orden natural, es decir, va a contratiempo".
¿Pasará lo mismo con estos instantes efímeros que tienen una duración imperceptible a los sentidos, pero que son tan constantes y frecuentes como cada unidad de tiempo, como cada hoja? ¿Será posible vivir constantemente a contratiempo? Bueno, no debe ser cosa fácil si se anda de tapa a contratapa esta jugarreta cronológica, cíclica y al parecer adictiva que ya tiene dibujado todo lo que podemos desear... No, no debe fácil siquiera imaginarlo.
¿Acaso será que el tiempo no pasa, sólo está y lo demás es el engaño óptico de un astuto ilusionista? Sinceramente, no puedo prever un ápice de la magnitud de lo que supone una respuesta afirmativa. Pero si se pudiera ojear el cuaderno en vez de ser una serie de dibujos... si así fuera, podría viajar por el tiempo a voluntad. Podría retroceder o avanzar una o millones de páginas y ver el momento exacto en que soy niña y mi padre me enseña cómo hacer una animación dibujando un monito en cada esquina de cada hoja de un cuaderno y haciendo correr la película con el pulgar. Es un juego…